Читать книгу Desde el suelo онлайн
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»Me siento mejor. ¿Qué te parece si desayunamos? Y hoy algo especial. Sé que te gustan mucho las porras, ¿verdad? Vamos a comprar algunas, yo también las comeré con un café.
Ambos se sentaron en un banco de la plaza del Callao.
—Capu, ¿ves a aquel pequeño andando cogido de la mano de su madre? Pues esa edad tendría nuestro hijo Philippe cuando lo vi por última vez. Hoy estará rozando los veintitrés, creo yo. Espero que esté bien y la vida le sonría. Estoy seguro que sí, porque la familia de Marie Anne gozaba de una buena posición económica. Y tú podrías preguntarme: ¿por qué abandonaste a tu familia y todo cuanto te rodeaba? Pues bien, yo te lo voy a explicar, pero antes vámonos de aquí, porque corre un vientecillo muy desagradable y, además, este lugar se está llenando de gente. Sabes que algunos nos miran como si les molestase que estemos sentados donde ellos creen que no deberíamos estar.
»¿Sabes?, mañana a la hora de cenar las familias se reúnen en casa a disfrutar de suculentos manjares, grandes comilonas, esperando la venida del niño Jesús, y al día siguiente, ¡Navidad! Casi siempre, como tradición, consumen lo que sobró de la noche anterior. Pero tú no te preocupes, porque seguro que el señor Basilio tendrá algún detalle con nosotros y nos dará algo especial para comer.