Читать книгу Desde el suelo онлайн

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Le llamó la atención ver a un grupo de gente que rodeaba la esquina, se acercó y fue informada de lo que sucedía. Los del riego fueron los que avisaron a Urgencias cuando quisieron regar la esquina. Una ambulancia de la Cruz Roja acababa de llegar.

—¿Hacia dónde lo llevan? —preguntó la señora.

—Al centro médico cristiano en calle Doctor Esquerdo —le respondió el doctor de la ambulancia.

—¿Y el perro?

—La Sociedad Protectora de Animales lo recogerá y lo llevarán a una guardería. ¿Conoce usted a este hombre?

—Sí, bastante.

—Si desea hacerse cargo del chucho, esta es la dirección donde puede ir y allí le informarán, ¿de acuerdo?

—Sí, señor. Gracias.

Cumplimentó los documentos necesarios y le acompañaron a casa en unión de aquel noble y fiel animal, llena de satisfacción. No deseaba que fuese a parar a manos de alguien que no le cuidase. Llegó a pensar que Capulino le sería de una gran compañía y tendría una vida digna junto a ella, pero antes de hacerse ilusiones era su deber consultarlo con Galindo y decidió visitarlo.

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