Читать книгу As de corazones rotos онлайн
15 страница из 22
Así de cautelosa estoy, mirando cómo estos recuerdos en letargo se disipan y desperezan cual del invierno la primavera, para nunca más sentir que he perdido, si fui capaz de amar y ser, si conocí la verdad o la mentira, fieles cómplices de aquella piel y de todo lo celestial que heredaron, lo asombroso y bello, profundo, intangible y misterioso, y aquel orgulloso placer de entrega que me diera la suerte y bendición de haber prestado mi entraña amiga para sacar a la luz preciados tesoros. Por ellos, no dejaré que tambalee el despegue limpio de mi nave humana, si ungida de emociones puedo ahora recurrir a esta visión tangible y transparente, fruto de amor que esboza con pincel de fino trazo la pureza en el rostro de los hijos; si en aquel irrepetible ayer compartí sus juegos y a hurtadillas de la absurda madurez que siempre reclama, decidí por fin tomar los puntos equidistantes del ser que me rodeaba, hasta rendirme en el placentero gozo de ser madre y ser mujer, rindiendo tributo a la premura, soltar mi cabello largo y negro, como manto de la noche, inédito, aproximarme en puntillas a la misma ruleta del destino, para sacar el último as bajo la manga y apostarle a la vida una nueva jugada.