Читать книгу Más allá de las caracolas онлайн

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—Yo puedo responderte, pero ¿estás tú en disposición de querer oír realmente mi respuesta?

Sus manos regresaron a la pose inicial, encima de sus piernas, y su mirada interrogante, por encima de una sonrisa que volvió a parecerme un pelín burlona, quedó esperando mi reacción. La inseguridad volvió a adueñarse de mí y con ella empecé a sentir cierta irritación al darme cuenta no de la dominación que ejercía sobre mí, sino de la sumisión emocional que yo sentía ante ella. Siempre había sido una persona bastante segura y nunca me había sentido así ante nadie, ni siquiera en la fase más tontorrona del enamoramiento. Sabía que aquello era algo más profundo, que escapaba de mi control, y en un recurso instintivo de protección psicológica me levanté del sofá, me senté en el sillón que había al lado y respondí con bastante acritud, no exenta de cierta dosis grosera.

—El otro día, cuando hiciste tu experimento conmigo, no recuerdo que tuvieses la delicadeza de preguntarme si estaba en disposición de querer hacerlo.

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