Читать книгу Más allá de las caracolas онлайн
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Nada más soltar mi frase lamenté el tono con el que la había pronunciado. No fue el qué, sino el cómo. No obstante, la misma inseguridad que me invadía se convirtió en una leve arrogancia, que me hizo mirarla desafiante esperando su contestación.
Tras un silencio que me aplastó como una losa, acarició a Tao, quien de un salto había vuelto a enroscarse junto a ella, y me miró muy seria.
—Tienes razón, quizás debería haberte pedido permiso o haberte contado lo que iba a hacer. No lo hice porque estaba segura de que podías lograrlo, aunque jugué con el elemento sorpresa para que la experiencia te impactase más. Sabía que con ello te impulsaría a buscar respuestas, como así lo has hecho, pero también creí que habíamos conseguido establecer fluidez y confianza en nuestra comunicación. Obviamente, creo que me equivoqué en esto último. Te pido disculpas por mi torpeza y te prometo que no volveré a molestarte.
Ya desde la puerta, se volvió para despedirse:
—Que tengas un buen día. Si necesitas algo y puedo ayudarte, ya sabes dónde puedes encontrarme, aunque será mejor que no me busques hasta que hayas aclarado todos tus conflictos internos… Ya sabes a qué me refiero.