Читать книгу Más allá de las caracolas онлайн
91 страница из 126
Tras estas cavilaciones, permanecí como una hora más dando un paseo con los perros y cuando regresé a casa ya había anochecido. Acababa de ponerles la comida y cambiarles el agua cuando, al dirigirme de nuevo a la cocina, reparé en un paquete que había encima de la mesa del salón. Lo abrí con curiosidad y encontré una gran caracola sin abrillantar, como si acabasen de sacarla del fondo del océano, con una nota de Nina:
Siento que no estés. Me habría encantado verte, pero no puedo esperar.
Mañana tengo cosas urgentes que hacer. Vendrán a buscarte Lucía y Amanda para llevarte a un lugar que no conoces. Ve con ellas.
Haré todo lo posible para poder acercarme yo también, pero disfruta de aquel rincón. Tiene magia y estoy segura de que te gustará.
Besos.
Nina
P.D. Esta caracola sí que tiene cobertura.
Creo que leí la nota unas veinte veces y maldije haberme quedado más tiempo en los acantilados. No imaginaba que me buscaría nada más llegar al pueblo. No conseguía nunca adivinar el siguiente movimiento de Nina con respecto a mí y siempre lograba sorprenderme, como lo había hecho con el contenido de aquella nota. ¿Un lugar que no conocía? Si había escudriñado ya todos aquellos parajes… Más misterios. Y sobre su ausencia, ni una palabra, ni tampoco seguridad de que nos veríamos al día siguiente. Me dio la impresión de que quería mantener la tensión emocional.