Читать книгу Exabruptos. Mil veces al borde del abismo онлайн

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La inteligencia, constancia y sagacidad de Lorena para los negocios eran explotadas favorablemente por la compañía, aun cuando para ella estaba muy claro que no sería por mucho tiempo. Algún día, junto a su esposo, tendría su propia empresa. Así se lo decía a Ramiro siempre. Mientras tanto, disfrutaba de su buena posición y de su excelente sueldo.

En uno de los encuentros sociales, Lorena se entremezcló con la asistencia y se mostró entretenidísima escuchando a varios ejecutivos que habían asistido al cóctel con que su empresa celebraba su progreso dentro de las comunicaciones. El negro pelo, que ahora lucía destellos plateados, le caía en cascadas sobre los hombros y el sobresaliente escote a la espalda del largo y ajustado vestido negro, que acentuaba cada una de sus curvas, le destacaban en aquel desfile de señoras mal vestidas, chapadas a la antigua y santurronas. No en vano era la mujer más admirada en los diferentes eventos en que participaba, sacando partido de todo lo natural que Dios le había dado, contrastando mucho con su estilo elegante, pero recatado de joven y laboriosa ejecutiva. Cada pliegue esquemático de sus labios, como de sus maravillosos ojos azabaches, había sido resaltado o atenuado por una mano delicada y profesional que no escatimó cuidados, mientras que los contornos de un estilizado bikini, que se marcaban delicadamente bajo el vestido, dejaban volar la imaginación de cada uno de los hombres allí presentes. Pero, pese a poseer un boleto a la popularidad y al éxito, Lorena sabía muy bien que la belleza era el factor más engañoso al momento de valorar lo auténtico de una persona. Así lo había leído y así lo había comprobado. En sus manos libres –el uso de la pequeña cartera sobre se lo permitía–, sostenía un escocés en las rocas y un par de galletas de champaña. El interlocutor de turno era un maduro editor de libros esotéricos que acababa de lanzar El héroe del Armagedón, que, según su propia apreciación, se convertiría en un best seller, considerando que a la gente le encantaba sufrir sin ser participante activo.

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