Читать книгу Exabruptos. Mil veces al borde del abismo онлайн
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El resto de la tarde fue comer y reír.
En la noche, cuando su hijo se hubo dormido, Ramiro entrecerró la puerta y se fue a acomodar frente al televisor del living. Las noticias eran las de siempre. Balaceras, cadenazos a los cables del alumbrado y barricadas en el sector sur de Santiago. Viña del Mar y Valparaíso no se quedaban atrás. El general Pinochet era repudiado por los países que manejaban la política mundial y el presidente de la Federación del Trabajo era relegado a una región sureña. En el ámbito deportivo, Chile seguía con su misma tradición: depender de las matemáticas para clasificar en algún torneo sudamericano. Colo-Colo volvía a salir campeón en la Liga Nacional, y la Universidad de Chile ganaba un cupo para la Copa Libertadores.
No se dio ni cuenta cuando Ana María lo remeció suavemente para despertarlo. Se restregó los ojos con las manos y se estiró sobre el respaldo del sillón.
–¿Y en qué terminaron las noticias? –preguntó, desorientado.
–No lo sé. Yo entré a la ducha cuando todavía no se dormía –contestó.