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Un viernes de noche, José Uría tuvo a su cargo la reunión espiritual para los alumnos; su tema fue: “La oración”. Nos dijo que orar es el acto de abrirle el corazón a Dios como a un amigo. Esto está escrito en el libro El camino a Cristo, pero nos hizo reflexionar: ¡Qué amigo es el Dios Creador del universo! Además, abrirle el corazón no es solo hablar sino también escuchar, y a continuación, el “profe” Uría ilustró lo que había asegurado: “Imagínense que pedimos una audiencia con una importante autoridad, por ejemplo, el gobernador de la provincia de Entre Ríos. Nos informa que podrá recibirnos el próximo lunes a las 10:00. Puntualmente llegamos a la Casa de Gobierno y esperamos hasta que el secretario nos dice que ya podemos presentarnos ante el gobernador. Entramos, nos saluda, nos invita a tomar asiento frente a su escritorio y nos pregunta cuál es nuestro pedido. Entonces hablamos, le contamos el problema, y solicitamos su ayuda. Es como si ya llegamos al amén de nuestra oración. Entonces, ¿nos levantamos y nos vamos? ¡Claro que no! Lo que más nos importa es escuchar lo que nos dice el gobernador. Hagan esto mismo, jóvenes alumnos. Después de orar, quédense en silencio, no se levanten en seguida, escuchen lo que Dios quiere decirles. Eso será para ustedes una experiencia maravillosa”, fue su reflexión.