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Cuando llegamos a lo de Bonjour, Violeta nos recibió asombrada y nos dijo: “¡Cómo! ¿Ya están de vuelta?”

Bueno, le explicamos todo y nos entendió… Después, nos fuimos a tomar un helado y a continuación, lo primero que hicimos fue mudarnos a nuestro domicilio oficial: la Iglesia Adventista de La Plata, en la calle 46, nº 360, entre 2 y 3.

Jenny comenzó a estudiar Enfermería en la Escuela de la Cruz Roja Argentina, y yo a estudiar “como loco” porque tenía que rendir Microbiología, y lo peor que podía pasarme era que al nunca haber sido aplazado en una materia, me aplazaran en esa, la primera que rendía después de casado. Gracias a Dios, ¡aprobé! Y con un 8 (muy bueno).

Elecciones y cambios

Llegaron las elecciones y con ellas muchos cambios: nuevo gobernador, nuevo ministro de Salud, nuevo director de Asistencia Pública. Este último era ahora el Dr. Zerillo, y llegó a apreciarme mucho. Durante la Recolección Anual (plan auspiciado por la Iglesia Adventista, que consistía en solicitar ayuda financiera con fines filantrópicos) yo le hacía la presentación de los proyectos y le mostraba el volante en el que aparecían lanchas misioneras en el río Amazonas y otras actividades de servicio de la iglesia. Él sabía que yo quería ser médico misionero y una vez me dijo: “Cuando te gradúes, quiero ir contigo al Amazonas”. Con su aprecio, comenzó a darme también bastante trabajo “extra”.

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