Читать книгу Salvados para servir онлайн
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Fue un momento de gran ansiedad. ¿Qué hacer? ¿Valía la pena pagar esa suma para tener una copia del expediente? Peverini consultó con el Pr. Alfredo Aeschlimann, presidente de la Unión Austral (territorio eclesiástico de la Iglesia Adventista que entonces incluía Uruguay, Paraguay, Chile y Argentina).
Seguramente el tema fue tratado en privado en alguna comisión, y se decidió pagar y recibir la copia del expediente. Mucha preocupación y mucha oración. Con toda la información en mano, de inmediato se preparó en la Asociación Casa Editora Sudamericana una revista muy bonita, con la tapa en los colores celeste y blanco de la bandera argentina. La revista se titulaba: Un Ideal Cristiano al Servicio de la Patria y de la Humanidad, y tenía información acerca de las instituciones educativas de la iglesia, el Sanatorio Adventista del Plata, y las actividades de OFASA (Obra Filantrópica de Asistencia Social Adventista). Con esa revista en mano, se concertaron entrevistas con autoridades civiles y militares. Y en poco tiempo, gracias a Dios ¡todo quedó en paz! Naturalmente, quedó fundado el Departamento de Libertad Religiosa de la Unión Austral.