Читать книгу Más allá del ayer. Misioneros en África para Jesús онлайн

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–Por supuesto; con mucho gusto, capitán –respondió, finalmente. Y agregó:

–Me resulta un privilegio especial.

Karl siguió al uniformado mientras ambos subían por la estrecha escalera de hierro hacia el puente. Luego, inició el diálogo apenas entraron a la sala desde donde se comandaba el barco:

–Honestamente, yo mismo tengo curiosidad de saber todo lo que me espera en Liberia.

Más tarde, dio algunas de las pocas precisiones que tenía sobre sus planes en el país africano:

–De acuerdo con los informes que tengo, una vez de­sem­barcados, seguiremos directamente con una caravana de hombres de carga por 40 kilómetros al interior, hasta la estación misionera. Dos de mis colegas han iniciado esta misión recién hace ocho meses en plena selva virgen. La estación se llama Palmberg y, como dije, está en sus comienzos. A propósito, dos de mis superiores vendrán a bordo en el puerto de Freetown y me acompañarán por el resto del viaje. Me gustaría poder presentarle a los dos secretarios de Misión. Uno es inglés, proveniente de Londres, el otro entiendo que viene de Hamburgo. Yo tampoco los he conocido personalmente –añadió Karl, distendido ante el interés del capitán.

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