Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн

351 страница из 1361

CAPÍTULO 3

Transcurrió un considerable período de tiempo antes de que descubriera una de las causas de la inquietud de aquella encantadora familia. Era la pobreza… y sufrían esa desgracia hasta unos límites angustiosos. Su sustento solo constaba de pan, las verduras de su huerto y la leche de una vaca, que daba muy poca durante el invierno, cuando sus dueños apenas podían encontrar alimento para ella. Creo que a menudo sufrían muy desagradablemente la punzada del hambre, sobre todo los dos jóvenes granjeros, porque muchas veces vi cómo le ponían al anciano la comida delante, cuando ellos no tenían nada para sí. Ese rasgo de bondad me conmovió profundamente. Yo me había acostumbrado a robar parte de sus viandas durante la noche, para mi propio sustento; pero cuando descubrí que al hacerlo infligía aún más sufrimiento a los granjeros, me abstuve y me conformé con las bayas, nueces y raíces que recolectaba en un bosque cercano. También descubrí otros medios mediante los cuales podía colaborar en sus trabajos. Comprobé que el joven empleaba buena parte del día en recoger madera para el hogar familiar; así que por la noche, con frecuencia cogía sus herramientas (enseguida aprendí cómo se utilizaban) y llevaba a la casa leña suficiente para el consumo de varios días.

Правообладателям