Читать книгу Devenir animal. Una cosmología terrestre онлайн
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¿Notamos esto? ¿Nos sentimos diferentes en el mediodía pleno, cuando la oscuridad se ha metido en nosotros? ¿Sentimos el peso de nuestra propia sombra, la presión de sus conocimientos complejos contra el interior de nuestro torso y nuestro cráneo? ¿Es la sombra misma la que al mediodía mira hacia afuera por nuestros ojos? No es de extrañar que muchos pueblos tradicionales se entreguen a la siesta y al sueño por una o dos horas en ese momento del día, dejando que sus tejidos y sus órganos respondan a esta visita interior de la noche, dejando que las múltiples células o almas en su interior sean guiadas por la oscuridad que ha tomado refugio temporario en su carne. Pero no voy a sucumbir; no todavía, porque estoy esperando para poder entrever los fragmentos de noche que empiezan a filtrarse de los árboles y de la moto del vecino a medio arreglar, dada vuelta sobre el suelo. Estoy esperando la liberación silenciosa, quiero sentir cuando mi sombra se escape de los confines de mi piel y estire los dedos suavemente hacia el aire de la tarde.