Читать книгу Devenir animal. Una cosmología terrestre онлайн

37 страница из 84

Esta habitación al final de la casa está excavada en la ladera de la colina, de modo que tres de sus cuatro paredes tienen tierra sólida detrás de ellas, lo cual le da al lugar una sensación como de caverna. Dos claraboyas y una única ventana en la pared exterior invitan a la luz a entrar en la recámara. En días despejados, largos trozos rectilíneos de luz reptan lentamente por las paredes interiores.

Nos instalamos en esta casa con mi compañera Grietje y nuestra hijita hace solo unos meses, y sin embargo mis dedos ya conocen bien estas paredes pintadas de cal, manchadas aquí y allá donde tal vez colgaba un calendario o donde alguien pegó un dibujo que quitó al marcharse. A la derecha de mi silla, allí donde la temporada anterior la humedad se filtró desde la tierra compacta, la pared está moteada y descolorida. Los últimos meses han sido demasiado escasos de humedad; las nevadas breves del invierno se derritieron pronto y dejaron la tierra roja seca y resquebrajada y los peñascos de arenisca sedientos, expectantes.

Правообладателям