Читать книгу Desconocida Buenos Aires. Pulperías y bodegones онлайн

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Aquella emoción de Elsa se exterioriza. La puerta abovedada, su pintura blanca, impoluta, algunas mesas al aire libre y el interminable horizonte que abraza la confidente y solitaria pulpería recrean una postal de profundo sentido criollo. Las mujeres dominan la escena. “El lema de la pulpería es: lo que no ve, pregunte”, asegura Carina Godoy, la atiende junto a Elsa. “Somos dos mujeres al frente, y nos sentimos muy cómodas”, asegura. El público es mayoritariamente masculino, y ellas se hacen fuertes en la diferencia de género, que no se nota ni se siente en el mundo pulpero.

“Nos vienen a pedir consejos”, confiesa Carina. En la dilatada geografía pampera, la paisanada busca no solo algún trago o abasto, sino también contención emocional. “Problemas con las esposas, hijos, encargados de campo”, enumera las cuestiones por las cuales los oídos de Elsa y Carina son anhelados. La realidad productiva del campo bonaerense ha cambiado, y la mano de obra rural se ocupa con trabajadores del litoral. “Para ellos debe ser difícil adaptarse a esta realidad, nosotras los hacemos sentir como en casa”, afirma Carina.

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