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—¿Qué hay de ti? ¿Qué haces en Londres?

—Estudio aquí. Bellas Artes. Conseguí una plaza en la universidad.

Hablar de esto con él, con alguien que conoce mi pasado, hace que me sienta un tanto avergonzada.Finn sabe que he perdido un año de mi vida porque no me enfrenté a mis padres a tiempo. Sin embargo, no hace ningún comentario al respecto. Solo amplía su sonrisa.

—Tenía más que claro que lo conseguirías.

—No es para tanto. Cualquiera habría pasado las pruebas de admisión.

—Sabes que eso no es verdad. Más te vale estar preparada porque dentro de poco serás tú la que firme autógrafos.

Esbozo una sonrisa tímida y bajo la mirada hasta mi café. Aunque es evidente que exagera, es reconfortante que piense eso de mí. La realidad es que no me veo llevando una vida como esa. La fama es para ellos. Yo me conformaría con tener un estudio pequeño y acogedor en el que encerrarme a dibujar. No me haría falta mucho más.

Pensar en autógrafos y en famosos hace que me acuerde de algo. Miro dramáticamente a nuestro alrededor.

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