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—¿Debería preocuparme por si aparece algún paparazzi y piensa que estamos saliendo? —pregunto de broma.

—No te ofendas, pero nuestros fans nunca se creerían que salgo con una pelirroja.

—¿Qué problema tienes con las pelirrojas? —Arqueo las cejas.

—Si te vistes de verde, parecerás un semáforo.

—Muy gracioso.

—Gracias. Después de ser extremadamente guapo, ser gracioso es lo que mejor se me da.

Pongo los ojos en blanco y se echa a reír.

Desayunamos entre risas y anécdotas. Hablamos sobre la universidad y me entero de que estudia Diseño y Programación de Videojuegos. Yo le explico cómo es la vida en la residencia. También me cuenta que trabajó durante varios meses para comprarse la camioneta, que es de segunda mano, y que lo primero que hizo nada más recogerla fue personalizarla con el logo de la banda. Se nos da tan bien esquivar el tema que casi parece que no llevamos un año y medio sin vernos.

Cuando terminamos, una camarera acude para limpiar la mesa y nos sumergimos en un silencio incómodo. Me distraigo mirando lo que nos rodea, nerviosa, mientras espero a que sea el primero en hablar. Nos guste o no, ha llegado el momento de enfrentarnos a la realidad.

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