Читать книгу Mejor no recordar онлайн

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Salí del baño y comencé a caminar por el pasillo. Tenía que tranquilizarme. No era la primera vez que Alejandra volvía tan tarde. Cierto era que normalmente solía llegar antes de las siete, pero esta vez habría decidido quedarse más tiempo. Volví a llamarla, pero el móvil seguía sin dar señal. Cerré los ojos y respiré fuertemente. El corazón me latía velozmente y mi respiración se entrecortaba.

—Macarena, ¿qué haces? ¿Qué pasa? —preguntó Andrés desde la puerta de la habitación, con los ojos entrecerrados y todavía medio dormido—. Llevas por lo menos media hora dando vueltas por la casa.

—Es Alejandra, no consigo hablar con ella. La he llamado y no responde —contesté de forma agitada y nerviosa. Andrés se acercó a mí y me agarró de la cintura para tranquilizarme.

—Seguro que está bien. ¿Has hablado con sus amigos?

—He llamado a Sofía, pero tampoco me coge —repliqué llevándome las manos a los ojos y comenzando a temblar.

—¿Por qué no llamas a otra? Seguro que estaban en un sitio sin cobertura. —Andrés me agarró de la mano y me llevó hasta el sofá. Ambos nos sentamos y yo busqué en la agenda del móvil el número de Carlota. Esperé un par de segundos y suspiré aliviadamente al escuchar el intermitente sonido de la llamada.

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