Читать книгу Sombras en la diplomacia онлайн

26 страница из 117

—Sí, sí, tienes razón. Aunque lo cierto es que no quisiera que supierais más de lo necesario. De esta manera no me preocuparía que se os pudiera escapar…

Edit lo cortó de inmediato, de mala manera y casi con un ímpetu que Daniel desconocía.

—¡Pero tú estás loco! ¡¿Cómo puedes pensar algo parecido?! —gritó.

—Tranquila, mujer, tranquila. No es necesario que te exaltes. ¡Vaya carácter! Parece ser que lo tenías escondido, ¿eh?

—Déjate de tonterías. Nos estamos jugando la vida.

—Es cierto. Y parece ser que nuestro pasado sefardí se encargará de salvárnosla. Nos vamos, Edit. Dejamos Hungría y volveremos a España, desde donde expulsaron a nuestras familias hace muchos siglos. Sí, nos vamos. En pocos días recibiremos los salvoconductos con los nuevos nombres; permisos para circular por cualquier territorio ocupado hasta llegar a nuestro destino.

—¿Y cuándo se prevé el viaje?

—No te preocupes. Te avisaré con tiempo…, digamos un par de horas antes.

Edit no quiso continuar la broma de su esposo y le soltó un manotazo, lanzándole una almohadilla, aunque sin violencia.

Правообладателям