Читать книгу Sombras en la diplomacia онлайн

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—¿Eso quiere decir que la documentación ya está en marcha?

—No lo sé. Yo solo cumplo instrucciones. —Pautó la respuesta.

La estrategia de la embajada Daniel la llegaba a considerar con una perfección propia de los servicios de inteligencia. Los propios interesados desconocerían el cómo y el cuándo saldrían de Budapest, lo que concedía un término mayor de seguridad en su evasión. Se sentía feliz por los suyos, aunque un poco preocupado por la reacción de David, un muchacho que perdería a sus compañeros durante mucho tiempo, y casi podría asegurar que el mucho tiempo podría convertirse en siempre. Aunque también su adolescencia podría reconciliarse en un enfoque positivo para sus relaciones amistosas en cualquier otro país. Entre ellos, entre la familia, hablaban en diversas ocasiones en ladino y lo hacían para no perder una parte del legado legítimo de sus ancestros y, además, con la convicción de que la referencia con el castellano tenía visos de una rápida asunción de la nueva lengua.

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