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—Lo cierto es que, desde que embarcamos ayer y por los detalles que aprecio, no tenemos muy clara la nacionalidad del tren en que nos encontramos. ¿Tenéis alguna idea?

—Sí, sí —admitieron—. Tanto la locomotora como los vagones pertenecen al Gobierno húngaro, aunque desde hace unos meses están regidos por numerarios alemanes. Además, se da el caso curioso de que los vagones en que nos encontramos fueron un proyecto análogo al que quería representar el Orient Express húngaro y planeado para sus viajes al occidente europeo. Un proyecto que no se llevó a cabo, pero el resultado lo tenemos a la vista.

—De cualquier manera, las noticias son buenas. No tendremos que viajar por Italia y el viaje se hará más corto.

—Efectivamente. ¿Cuál es vuestro destino final?

—España. ¿Y el vuestro?

—Normandía. Tenemos familia allí y queremos visitarla antes de que la cosa se complique más.

—A nosotros nos pasa lo mismo —comentó antes de levantarse—. Bueno, nos vemos… seguro. ¡Hasta luego!

Después de saludarse de una manera afectuosa en la despedida momentánea, debido a que volverían a encontrase en la cena de la noche, iniciaron la retirada hacia su departamento a la espera de que el convoy iniciase su andadura. Fue en ese momento cuando Daniel le indicó a Edit:

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