Читать книгу Sombras en la diplomacia онлайн

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David cerró los ojos. La comida era abundante, pero en la mentalidad de un joven la manutención tenía una importancia relativa. Había querido, desde el primer momento, solo pensar en su viaje, en la conclusión del mismo y en el futuro que podría esperarle en el lugar donde se asentaran. No deseaba recordar el pasado, un pasado que jamás volvería a ser y que gran parte de su vida lo tendría presente como el qué habría podido ser su existencia de seguir en Budapest. También pensó en su madre, Edit. Analizaba su manera de actuar; sus escondidos sentimientos, que parecían haber dado un vuelco desde que accedieron a la embajada. Su preocupación continua, su actitud vehemente, su silencio castrado por la confianza paterna conferían a aquella mujer, su madre, un interrogante que podría llegar a conclusiones negativas. Decidió continuar con sus reflexiones en otro momento, en otro instante en que pudiera actuar frontalmente y preguntarles a ambos el porqué de un cambió de condición tan evidente en sus mentes.

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