Читать книгу La conversión es un proceso. En las Confesiones de San Agustín онлайн
26 страница из 39
En relación con las personas se guiaba por la valoración de los hombres, no por el juicio de Dios. Se tiene a sí mismo como una persona influenciable, llevada y traída por las opiniones de los demás.
La orientación de la vida de Agustín está resumida en esta frase: “Amaba las bellezas de orden inferior” (L. IV, c. XIII). Refleja su estado de pecado cuando describe cómo fue engañado y engañador, soberbio, supersticioso, vanidoso, ávido del aplauso, arrastrado por la concupiscencia.
2.3. Última etapa de la adolescencia
Este período se caracteriza por el abandono del maniqueísmo, la caída en el escepticismo y su progresivo acercamiento a la fe de la Iglesia católica. Una vez desilusionado por las ideas de Manes, adscribe a la idea de los filósofos que sostienen: “Que se debe dudar de todas las cosas y que ninguna verdad puede ser comprendida por el hombre” (L. V, c. X). Agustín, consecuentemente, desesperaba –después del apasionado amor a la verdad que había experimentado– por encontrar la verdad alguna vez, o el que hubiese un camino para llegar a ella y, por lo tanto, ni pensaba que estuviera en la Iglesia.