Читать книгу El secreto de la tierra y los primeros dioses онлайн

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En cuanto a sus tradiciones, guardaban un día especial para celebrar y honrar a cada dios, mientras que en año nuevo se presentaban ofrendas al Padre. Sin embargo, la más popular de las festividades era el aniversario del final de la guerra, también conocida como la guerra de los Sueños. Duelos de espada, justas a caballo, torneos de arquería, luchas cuerpo a cuerpo y batallas por escuadrón eran algunas de las atracciones de la fiesta, pero la más importante era la competencia de cacería, ya que el premio para quien completara la hazaña consistía en cien monedas de oro y un favor del rey.

Aquel año se consideraba ganador a quien capturara vivo al jabalí de mayor tamaño y lo presentara en la plaza, frente al castillo de Yahveh, a más tardar al mediodía. Antes de emitir el veredicto, los jueces, compuestos por personal del palacio como el vocero real, el general del ejército y el cocinero real, revisaban uno a uno a los ejemplares, todos dignos de admiración por su conveniente gordura e imponencia, ya que el animal ganador se convertiría en el plato principal del gran banquete llevado a cabo en el castillo durante la noche de la celebración.

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