Читать книгу Transpersonalismo y decolonialidad. Espiritualidad, chamanismo y modernidad онлайн

60 страница из 95

Laughlin (1994) considera a la cultura occidental como monofásica (y por ende también su filosofía y su antropología clásica) dado que solo estima como válido para el conocimiento el estado “normal” de vigilia, con énfasis en el racionalismo y la logicidad, a diferencia de las culturas mínimamente o totalmente polifásicas, que dan crédito a la exploración e interpretación del sueño mediante instituciones rituales o a través de especialistas reconocidos por la sociedad, o directamente reconocen múltiples niveles de realidad en sus cosmologías, y todos o parte de sus miembros se instruyen en reglados estados alternativos de conciencia (meditación, ayuno, enteógenos, peregrinaciones). El autor también clasifica a las culturas trascendentalmente polifásicas: aquellas que, además de serlo “totalmente”, como se describió, fomentan dicha exploración como una ruta trascendental final (la iluminación, la unión con la divinidad).

Más allá de la célebre “eficacia simbólica” de Lévi-Strauss, y a años luz de las erróneas ópticas de los evolucionistas y positivistas del siglo XIX, Michael Harner aportó una nueva interpretación de los “trucos” u objetos materiales que los chamanes muestran a sus pacientes, luego de ejercer sobre ellos una succión. El rito se da en dos planos de la conciencia. El paciente solo percibe la realidad tangible, material, y necesita en algunos casos la evidencia del proceso de sanación. El sanador espiritual permanece en dos esferas: mientras exhibe palabras, muñecos-ayudantes, cantos, dibujos en el suelo, piedras, y crea un espacio-tiempo simbólico intermediario entre el mundo material y aquella otra realidad (que es más real que esta) pudiendo en ocasiones extraer algo físico, corpóreo y palpable, al mismo tiempo, en sus visiones, ensoñaciones e ideaciones, lucha contra el auténtico poder energético y/o psíquico dañino, que puede asumir cualquier forma, o ninguna, de acuerdo con cada cultura (insectos, puntos negros, flechas, sensaciones invisibles, vidrios, colmillos, cortezas vegetales). Una cosa no quita realidad a la otra. En verdad no hay diferencia entre esos planos que solemos separar en polos extremos e irreconciliables.

Правообладателям