Читать книгу Transpersonalismo y decolonialidad. Espiritualidad, chamanismo y modernidad онлайн

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El chamán es consciente de más de una realidad. Él/ella captura la esencia del objeto intruso (el espíritu del cazador Kashinakaji), el cual en un estado chamánico de conciencia dentro de los jíbaros puede tener la apariencia de una araña, pero entre los ndembu (o por lo menos en mi experiencia en un ritual mdembu) tiene la apariencia de una masa amorfa gris de 15 centímetros, la cual él/ella reúne formando algo que se ve como un trozo de madera o un diente (que son significativos en sí mismos). Tal sistema dual aparece también entre los wabiri de Australia, cuyos doctores encontraron dentro del paciente el espíritu de un dingo, al cual extrajeron en forma de gusano […]. Esta clase de explicación difiere de la de Lévi-Strauss, quien alega que Quesalid era un impostor que continuó hasta transformarse en un gran chamán […] Tanto el diente como el penacho de plumas se tornan más importantes cuando se los considera a la luz de la explicación de Harner. Victor Turner ha alcanzado cierta comprensión en cuanto al concepto de las realidades alternativas al decir que el diente es el arma asesina por excelencia, el epítome, la personificación de la agresividad repentina necesaria por un carnívoro para derribar cualquier animal que se dé a la fuga […] Turner […] describe la capacidad sintética y de enfoque del ritual simbólico […] En simpatía con los ndembu, Turner entonces va más allá de la idea del símbolo como un referente abstracto. Ahora vemos el palo del santuario como uno de los polos (como si fuera magnético) de las dos realidades, el del palo del santuario material y el del reino espiritual, entre los cuales oscila el poder de Wubinda en reconocimiento y fuera de él. Los propios escritos de Victor Turner muestran constantemente esta ambigüedad, adoptando a veces las creencias de la gente que él ha estudiado y con la que a veces ha hablado desde un punto de vista positivista […] Pero Turner solo podía sugerir esto […] La antropología le prohibió ir más allá de sus propios límites. Debido a esto, muchos investigadores tienen una idea más plana sobre el simbolismo, y su comprensión se detiene en la superficie de los símbolos (en sus efectos psicológicos y sociales). No pueden ver por ellos mismos a estas formas materiales como objetos con poder realmente, aunque su gente del trabajo de campo lo haga. Estos antropólogos han probado ser partidarios fundamentalistas del laicismo, no importa cuánto se inclinen hacia atrás para sentir empatía por la gente que estudian. (Turner, 2018: 110-112)

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