Читать книгу Imparable hasta la médula. El cáncer como aprendizaje de vida онлайн

44 страница из 56

—Te voy a introducir esta sonda por una vena del antebrazo —me explicó.

La miré horrorizada. En la mano tenía un tubo estrecho y hueco que me pareció demasiado largo.

—No te preocupes, no te va a doler. Te haré unas pequeñas incisiones justo debajo de la axila y a través de la vena insertaré un alambre guía para que el extremo del catéter viaje hacia una vena más grande situada cerca del corazón. Si sientes alguna molestia, paramos.

Era evidente que le apasionaba su trabajo, y lo llevó a cabo con tanta delicadeza que apenas tuve molestias durante la intervención. La dejé hacer sin mirarla, con los ojos cerrados y la cabeza girada hacia el lado opuesto, entregada a las únicas manos que a partir de ese momento me tocarían. Si mi mundo se había reducido a una habitación, el contacto físico se había restringido a los profesionales sanitarios.

—Este PICC se va a utilizar para administrarte toda la medicación y también para sacarte las muestras de sangre, lo que te evitará un montón de pinchazos. De su cuidado y mantenimiento también me encargaré yo. Tú solo tienes que evitar que se moje cuando te duches. Es importante que permanezca siempre seco.

Правообладателям