Читать книгу El auge de la brutalidad organizada. Una sociología histórica de la violencia онлайн

77 страница из 96

Si bien los proyectos ideológicos son pilares de la modernidad, como lo demuestra el asombroso ascenso y caída del fascismo, el nazismo, el estalinismo, el maoísmo, el anarquismo, el liberalismo clásico y muchos otros modernismos, la ideologización es especialmente importante en el contexto de la violencia. Como los actos violentos, por definición, generalmente se consideran ilícitos e inmorales, requieren mucha más justificación que otras formas de acción social. A lo largo de la historia, incluso los gobernantes más poderosos y venerados tuvieron que proporcionar algún tipo de justificación para torturar o matar a otros seres humanos. Por ejemplo, en el libro del Éxodo, cuando el faraón ordena a las parteras israelitas que den muerte a todos los primogénitos varones recién nacidos, se explica que esto se hace porque la tasa de natalidad de los israelitas ha aumentado tanto que estos habían empezado a superar en número a los egipcios (1:9). Aunque se trata de una historia bíblica más que de un acontecimiento histórico real, también demuestra que incluso los gobernantes omnipotentes, como los faraones, debían justificar el uso de la violencia. En parte, esto se debe a la propensión casi universal de los seres humanos a proscribir el uso de una violencia excesiva en la vida cotidiana. Obviamente, no es una coincidencia que las principales tradiciones religiosas condenen la violencia, y que muchas consideren que matar a otro ser humano es un pecado mortal. Por lo tanto, todas las organizaciones sociales tienen que proporcionar mecanismos justificativos creíbles para desplegar una acción coercitiva. Esto se ve aún más claro en el caso de las organizaciones que se especializan en el uso de la violencia, como los ejércitos, la policía, las empresas de seguridad privada, las milicias, los grupos paramilitares, las unidades armadas clandestinas, etc.

Правообладателям