Читать книгу Doble crimen en Finisterre онлайн

27 страница из 77

—¿Por qué no daría la vuelta delante de la puerta? —preguntó Orjales.

—Seguramente porque no quería hacer ruido allí delante o que alguien lo viera.

—¿En ese lugar y a esas horas?

—Un ladrón —contestó el cabo— no se pone a maniobrar delante del chalé en el que va a robar de noche, ¿no crees? Es una cuestión de prudencia elemental. Tampoco sería lógico que dejara el coche ante la puerta. Es probable que fuera hasta el final del camino por esa razón.

—Ya. Dejó el coche alejado de la entrada y trajo la caja de botellas para subir el muro.

—Eso parece.

—Lo que quiere decir que venía a tiro fijo. Sabía que con esa caja le bastaría para subir porque conocía la altura del muro.

—Es muy posible. ¿Tienes alguna idea o solo estás cavilando?

—Entonces es posible —continuó prudentemente Orjales, consciente de que con el cabo Souto era peligroso hacer demasiadas suposiciones— que el ladrón conociera bien el lugar, supiera dónde dar la vuelta con el coche y hubiera calculado con anterioridad la altura del muro. ¿No podría eso llevar a deducir que el ladrón sea alguien de la familia o de su entorno?

Правообладателям