Читать книгу Doble crimen en Finisterre онлайн

38 страница из 77

—Estamos como en el primer momento de cualquier investigación. Es un momento tan emocionante como frustrante. Emocionante porque tenemos ante nosotros un abanico de posibilidades y frustrante porque no tenemos nada tangible. Es como cuando te presentan a una persona que conoces por su reputación o que te llama la atención por su aspecto o por su personalidad. Al principio, no sabes si congeniarás o no; si llegarás a ser su amigo o te caerá mal; si un día te hará una faena o un gran favor. No sabes nada y la persona está ahí, delante de ti, mirándote y quizá preguntándose lo mismo que tú. Hemos estado hablando con un hombre que acaba de perder a su mujer y a su suegra. Apenas sabemos nada de él y, sin embargo, estamos obligados a considerarlo sospechoso solamente por razones técnicas o estadísticas. Podemos estar equivocados. Puede que sea un criminal o puede que sea un buen hombre que acaba de sufrir una desgracia. Tenemos que tratarlo respetando sus derechos, con consideración, dadas las penosas circunstancias por las que se supone que debe de estar pasando, con educación y con todo lo que tú quieras, pero no deja de ser un sospechoso «para nosotros». Es muy duro. La presunción de inocencia es una ventaja para el culpable, pero es una humillación para el inocente porque parece como si estuviéramos haciéndole un favor. Me comprendes, ¿verdad?

Правообладателям